Texto alternativo : Ayudar a un niño con trisomía a comprender las emociones
Texto alternativo : Aplicación COCO con juego Imita una emoción
Su hijo sigue jugando ruidosamente mientras su hermanita llora. Le cuenta una larga historia a la abuela que muestra signos evidentes de fatiga. No entiende por qué su amigo se enojó después de que le quitó su juguete. Estas situaciones revelan una dificultad frecuente en los niños con trisomía 21: percibir y comprender las emociones de los demás.
Esta habilidad, que a veces se llama "lectura emocional" o "empatía cognitiva", es fundamental para la vida social. Permite adaptar el comportamiento a lo que siente el otro, evitar los deslices relacionales, crear conexiones auténticas. La buena noticia es que esta habilidad puede desarrollarse con un acompañamiento adecuado.
Por qué la comprensión de las emociones es un desafío
Indicadores sutiles y rápidos
Las emociones se expresan a través de una multitud de indicadores: expresiones faciales, tono de voz, postura corporal, elección de palabras. Estos indicadores son a menudo sutiles y fugaces. Una expresión de tristeza puede pasar por un rostro en una fracción de segundo. El tono de voz puede cambiar sutilmente sin que las palabras cambien.
Para su hijo, que puede necesitar más tiempo para procesar la información, estos indicadores rápidos pueden pasar desapercibidos. Para cuando los percibe e interpreta, ya han desaparecido.
La complejidad de la interpretación
Percibir un indicador emocional no es suficiente: hay que interpretarlo correctamente. Un ceño fruncido puede significar enojo, concentración, perplejidad o preocupación según el contexto. Las lágrimas pueden expresar tristeza, alegría, frustración o alivio.
Esta interpretación requiere cruzar varios indicadores y tener en cuenta el contexto, una tarea cognitiva compleja que puede dificultar a su hijo.
La atención dividida
En una interacción social, su hijo debe gestionar simultáneamente mucha información: lo que el otro dice, lo que debe responder, lo que quiere expresar, las reglas sociales a respetar... En esta carga cognitiva, la atención a las emociones del otro puede pasar a un segundo plano.
Reconocer las emociones básicas: el primer paso
Las cuatro emociones fundamentales
Comience por las emociones más básicas y reconocibles: la alegría, la tristeza, la ira y el miedo. Estas cuatro emociones tienen expresiones faciales relativamente universales y distintas, lo que las hace más accesibles.
La alegría: sonrisa, ojos entrecerrados, postura relajada.
La tristeza: comisuras de los labios hacia abajo, ojos bajos, postura encorvada.
La ira: cejas fruncidas, mandíbula apretada, postura tensa.
El miedo: ojos muy abiertos, boca abierta, postura de retroceso.
Los soportes visuales para el aprendizaje
Las fotos y los pictogramas son herramientas valiosas para enseñar el reconocimiento de las emociones. Constituya una colección de imágenes que muestren claramente cada emoción básica. Utilice fotos de personas reales, dibujos expresivos, pictogramas estandarizados.
Exhiba estos soportes en casa. Revísalos regularmente con su hijo. Juegue a identificar las emociones: "¿Qué siente este señor? ¿Cómo lo sabes?"
El espejo como herramienta
El espejo permite a su hijo ver sus propias expresiones emocionales. Jueguen juntos frente al espejo: "Haz una cara contenta. Ahora una cara triste. Una cara enojada." Esta práctica le ayuda a asociar las emociones con las expresiones correspondientes.
Cuando su hijo exprese una emoción de forma natural, dirija su atención hacia ello: "¿Ves tu cara en el espejo? ¡Estás sonriendo, tus ojos brillan! ¡Es porque estás contento!"
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El juego "Imita una emoción": aprender divirtiéndose
La aplicación COCO PENSAR & COCO MOVER ofrece un juego especialmente diseñado para desarrollar el reconocimiento de las emociones: "Imita una emoción". Este juego invita a su hijo a reconocer y imitar diferentes emociones, transformando el aprendizaje en un momento lúdico.
El juego "Imita una emoción" de COCO PENSAR & COCO MOVER permite trabajar el reconocimiento y la expresión de las emociones de manera lúdica.
El juego puede jugarse de a dos, lo que lo convierte en una actividad de complicidad entre usted y su hijo, o entre hermanos. La alternancia entre reconocer la emoción del otro y expresar una emoción propia refuerza el aprendizaje en ambas direcciones.
Comprender las causas de las emociones
El vínculo causa-emoción
Reconocer una emoción en un rostro es solo el primer paso. El siguiente paso es comprender por qué la persona siente esa emoción. Esta comprensión causal permite anticipar las reacciones de los demás y adaptar su propio comportamiento.
"Él llora porque se ha hecho daño."
"Ella sonríe porque es su cumpleaños."
"Él está enojado porque le han quitado su juguete."
"Ella tiene miedo porque ha oído un ruido fuerte."
Verbalizar las causas en la vida cotidiana
En la vida cotidiana, verbalice los vínculos entre situaciones y emociones. "Mira, ese niño está llorando. Se cayó del columpio, le dolió, así que está triste y llora." Estos comentarios regulares ayudan a su hijo a construir una comprensión de las causas emocionales.
Hágalo también para las emociones de su hijo: "Estás contento porque has terminado tu rompecabezas. ¡Cuando logramos algo difícil, nos hace felices!"
Las historias como terreno de aprendizaje
Los libros y los dibujos animados son excelentes recursos para trabajar la comprensión de las causas emocionales. Deténgase en los momentos en que los personajes expresan emociones. "¿Por qué crees que está triste?" "¿Qué lo ha enojado?" "¿Qué le ha dado miedo?"
Estas discusiones permiten a su hijo reflexionar sobre las causas de las emociones en un contexto menos urgente que las interacciones en tiempo real.
Desarrollar un repertorio de respuestas
¿Qué hacer cuando alguien está triste?
Reconocer que alguien está triste es una cosa. Saber qué hacer es otra. Ayude a su hijo a desarrollar un repertorio de respuestas apropiadas para cada emoción.
Cuando alguien está triste: se le puede preguntar qué le pasa, ofrecerle un abrazo (si es apropiado), quedarse cerca de él, buscar a un adulto.
Cuando alguien está enojado: se le deja espacio, no se continúa con lo que lo ha molestado, se puede disculpar si se ha hecho algo mal.
Cuando alguien tiene miedo: se le puede tranquilizar, tomarle la mano, buscar a un adulto.
Cuando alguien está contento: se puede compartir su alegría, sonreír con él, felicitarlo.
Practicar las respuestas
Los juegos de rol permiten practicar estas respuestas. "Yo hago como que estoy triste. ¿Qué puedes hacer?" Deje que su hijo intente diferentes respuestas y discuta lo que funciona bien.
Estas prácticas repetidas ayudan a automatizar las respuestas apropiadas, para que se vuelvan accesibles en situaciones reales.
Más allá de las emociones básicas
Las emociones más complejas
Una vez que se dominan las emociones básicas, puede introducir gradualmente emociones más matizadas: la preocupación, la decepción, la sorpresa, el orgullo, la vergüenza, el aburrimiento, la excitación...
Estas emociones son más sutiles y requieren un nivel de comprensión más avanzado. Proceda gradualmente, consolidando bien cada aprendizaje antes de pasar al siguiente.
Las emociones mixtas
En la realidad, las personas a menudo sienten varias emociones al mismo tiempo. Se puede estar contento de irse de vacaciones pero triste de dejar a los amigos. Se puede estar orgulloso de su desempeño pero decepcionado de no haber ganado.
Esta complejidad emocional es difícil de comprender para su hijo. Abórdela gradualmente, comenzando por ejemplos simples y aceptando que esta comprensión avanzada tomará tiempo en desarrollarse.
En la vida cotidiana: mantener la atención en las emociones
El comentario emocional continuo
Acostúmbrese a comentar las emociones que observa juntos en la vida cotidiana. En el parque, en el supermercado, en familia: "Mira a esa señora, está sonriendo, parece contenta." "Ese señor frunce el ceño, parece concentrado." "Tu primo tiene la cabeza agachada, creo que está un poco triste."
Estos comentarios regulares mantienen la atención de su hijo en las emociones de los demás y refuerzan continuamente sus aprendizajes.
Fomentar la observación
Anime a su hijo a observar por sí mismo las emociones de los demás. "¿Cómo crees que se siente la abuela?" "¿Has visto la cara de tu amigo, qué siente?" Estas preguntas lo incitan a desarrollar su propia capacidad de observación emocional.
Relacionar emociones y comportamientos apropiados
Cuando observan una emoción juntos, relácionenla con el comportamiento apropiado. "Ese niño está triste. ¿Qué podríamos hacer para ayudarlo?" "La abuela parece cansada. Quizás sea el momento de jugar más tranquilamente."
Estas conexiones entre la observación emocional y la adaptación del comportamiento son fundamentales para la competencia social.
Conclusión: ver el mundo con el corazón
Ayudar a su hijo con trisomía 21 a comprender las emociones de los demás es abrirle una puerta hacia relaciones más ricas y armoniosas. Es darle las claves para percibir lo que sienten los demás, para adaptar su comportamiento, para crear conexiones auténticas.
Este aprendizaje es progresivo y requiere tiempo. Pasa por el reconocimiento de las expresiones, la comprensión de las causas, el desarrollo de respuestas apropiadas. Cada paso cuenta y contribuye a enriquecer la competencia emocional de su hijo.
Y no olvide que su hijo ya posee una cualidad valiosa: la autenticidad de sus propias emociones. Su alegría es contagiosa, su afecto es sincero, su empatía puede ser profunda incluso si no siempre se expresa de manera convencional. Al ayudarlo a leer mejor las emociones de los demás, le permite expresar más eficazmente esas bellas cualidades relacionales que son las suyas.
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> - Autismo en el niño: comprender y acompañar las emociones y los desbordamientos (estrategias transferibles)
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