Las claves para ayudar a los alumnos con dificultades a gestionar la fatiga y el agotamiento en clase | DYNSEO - Aplicación educativa y juegos de memoria

Las claves para ayudar a los alumnos con dificultades a gestionar la fatiga y el agotamiento en clase

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La fatiga y el agotamiento son problemas habituales de los alumnos con necesidades especiales, sobre todo de los que tienen dificultades de aprendizaje, como TGD o TDAH. Estos alumnos a menudo tienen que hacer esfuerzos considerables para realizar las tareas escolares, lo que provoca un aumento de la fatiga. Este artículo ofrece consejos prácticos para comprender y reducir esta fatiga, equilibrando al mismo tiempo el aprendizaje y la recuperación.

 

1. Relación entre las dificultades de aprendizaje y el aumento de la fatiga

Los alumnos con dificultades de aprendizaje o de atención tienen que movilizar más recursos para realizar las mismas tareas que sus compañeros.

¿Por qué están más cansados?

  • Alta carga cognitiva: Los niños con DYS (dislexia, dispraxia, discalculia) o TDAH tienen que procesar la información de forma menos automática, lo que aumenta su esfuerzo mental.
  • Tensión física: Por ejemplo, un niño dispraxico puede tensar la mano al escribir, lo que le provoca dolor muscular y fatiga física.
  • Estrés emocional: Estos alumnos pueden sentirse frustrados o fuera de lugar respecto a las expectativas escolares, lo que añade una carga emocional a su día.

Ejemplo en el aula:
Un alumno disléxico puede necesitar leer un texto varias veces para comprender su significado, lo que resulta mucho más cansado que para un niño sin dificultades lectoras.

2. La importancia de los descansos regulares para los niños con TGD o TDAH

Las pausas son esenciales para recargar la atención y reducir la fatiga. Permiten a los alumnos liberarse de la presión cognitiva y física, y volver a la tarea con la mente más despejada.

¿Por qué incluir pausas?

  • Los alumnos con TDAH tienen una capacidad limitada para concentrarse y pueden agitarse sin descansos frecuentes.
  • En cambio, los niños con TGD gastan mucha energía en tareas escolares rutinarias (lectura, escritura, cálculo) y se benefician de periodos de recuperación.

¿Cómo organizas estas pausas?

  • Pausa activa: Incorpora ejercicio físico o actividades divertidas, como las que ofrece el programa COCO BOUGE, que fomenta las pausas deportivas cada 15 minutos de pantalla. Esto ayuda a los alumnos a volver a concentrarse y a liberar su energía.
  • Pausas de calma: Ofrece momentos de relajación o respiración para calmar a los alumnos que estén mentalmente sobrecargados.

Ejemplo práctico:
Tras 20 minutos de lectura, sugiere a los alumnos que se levanten para hacer estiramientos o participar en una actividad de movimiento guiada por una aplicación como COCO BOUGE, que combina pausas educativas y deportivas.

3. Consejos para equilibrar el aprendizaje y la recuperación

 

1. Divide las tareas que consumen tiempo

Las sesiones de trabajo largas pueden cansar rápidamente a un alumno, sobre todo si tiene dificultades de aprendizaje o de atención. Dividir una tarea compleja en etapas más cortas permite a los niños mantenerse concentrados y progresar a su propio ritmo.

Ejemplos prácticos:

  • Escritura: Si un alumno tiene que escribir un párrafo, sugiérele que escriba una frase cada vez. Después de cada frase, pueden releer y comprobar su trabajo antes de continuar.
  • En matemáticas: Durante un ejercicio basado en un problema, desglosa cada etapa (lectura, identificación de datos, cálculo) y comprueba la comprensión antes de pasar a la etapa siguiente.
  • En ciencias: Para un experimento práctico, deja que los alumnos completen parte del protocolo, haz una pausa para debatir los resultados intermedios y luego reanúdalo.

2. Adaptar el nivel de dificultad

Es fundamental que las tareas propuestas se adapten a las capacidades de cada alumno. Las actividades demasiado sencillas pueden provocar aburrimiento, mientras que los ejercicios demasiado complejos pueden desanimar y agotar a los niños.

Ejemplos prácticos:

  • Para alumnos disléxicos: Utiliza textos simplificados o acompañados de audio. Por ejemplo, lee las instrucciones en voz alta mientras muestras las ilustraciones para reforzar el contenido.
  • Para alumnos con TDAH: Ofréceles tareas dinámicas en las que puedan manipular objetos o interactuar con herramientas digitales, como COCO PENSE. Por ejemplo, para un ejercicio de vocabulario, pueden pulsar imágenes que representen palabras en lugar de escribir frases largas.
  • En el deporte o el arte: ofrecer varios niveles de ejecución. Por ejemplo, en dibujo, un alumno dispraxico puede trazar los contornos antes de colorear, en lugar de dibujar solo una figura compleja.

3. Integración de herramientas digitales

Las herramientas digitales aligeran la carga cognitiva y hacen que el aprendizaje sea más interactivo. Son especialmente útiles para los alumnos que necesitan descansos o un enfoque lúdico para mantener su atención.

Ejemplos prácticos:

  • Con COCO PENSE: Ofrece juegos cognitivos que refuercen habilidades específicas, como la memoria o el razonamiento. Por ejemplo, un alumno puede jugar a un juego de cálculo mental adaptado a su nivel para consolidar lo que ha aprendido.
  • Con COCO MOVE: Planifica pausas activas cada 15 minutos para los alumnos que trabajan con pantallas. Por ejemplo, después de terminar un ejercicio de lectura, invítales a seguir una actividad de movimiento guiado.
  • Aplicaciones interactivas: Utiliza aplicaciones de cuestionarios o tarjetas para repasar conceptos a la vez que haces que el aprendizaje sea divertido.

4. Crear un ambiente de clase relajante

Un entorno adecuado puede mejorar mucho la concentración y reducir la fatiga. Los alumnos con necesidades especiales suelen ser más sensibles a las distracciones.

Ejemplos prácticos:

  • Limita las distracciones: Coloca a los alumnos que se cansan rápidamente lejos de ventanas o zonas concurridas. Utiliza auriculares o cascos para los que les moleste el ruido.
  • Rincón tranquilo: habilita un espacio en el aula con cojines, libros o juegos relajantes donde los niños puedan recargar las pilas. Por ejemplo, un alumno podría pasar unos minutos leyendo un cuento antes de volver a su pupitre.
  • Iluminación y organización: Asegúrate de que el aula está bien iluminada, con una disposición ordenada para limitar el estrés visual.

5. Promover la autonomía

 

Dar a los alumnos los medios para gestionar su propio trabajo y sus descansos les da un sentido de la responsabilidad y una mejor comprensión de sus propias necesidades.

Ejemplos prácticos:

  • Temporizador visual: Ofrece a los alumnos temporizadores de colores o relojes de arena para que puedan gestionar sus periodos de trabajo y pausas. Por ejemplo, pueden programar un temporizador de 15 minutos para una tarea y luego hacer una pausa activa.
  • Fichas de autoevaluación: Sugiere fichas sencillas en las que los alumnos puedan anotar su nivel de energía o concentración. Por ejemplo: «¿Me siento concentrado? Sí/No. ¿Necesito un descanso?
  • Elección de actividades: dales la oportunidad de elegir el orden de las tareas o el tipo de ejercicio. Por ejemplo, un alumno podría empezar con un juego sobre COCO PIENSA antes de pasar a una actividad de escritura.

 

Ejemplo de rutina para equilibrar Aprendizaje y Recuperación

He aquí un ejemplo práctico de cómo incorporar estos consejos a tu horario:

  1. Inicio de la sesión: Ejercicio de escritura (10 minutos) → Pausa activa con COCO BOUGE (5 minutos).
  2. Media sesión: Actividad de lectura con apoyo visual (15 minutos) → Pausa de silencio en el rincón de lectura (5 minutos).
  3. Fin de la sesión: Juego educativo en tableta con COCO PENSE (10 minutos) → Estiramientos o relajación.

Impacto en los alumnos

Estas adaptaciones permiten a los alumnos gestionar mejor su fatiga y estrés, al tiempo que fomentan un aprendizaje sostenible. Demuestran a los niños que se respeta su ritmo, aumentando su motivación y su confianza en sí mismos.

Aplicando herramientas como COCO PIENSA y COCO SE MUEVE, introduces estrategias que favorecen tanto el aprendizaje como el bienestar. Estos métodos no sólo benefician a los alumnos con dificultades, sino que crean un entorno inclusivo para todos. De este modo, transformas tu aula en un lugar donde aprender es un placer, no un calvario.

 

Sensibilizar a las familias: un esfuerzo de equipo

La participación de las familias es crucial para ayudar a los niños a controlar su fatiga, tanto en la escuela como en casa. He aquí cómo trabajar eficazmente con ellas:

Comparte tus observaciones

Explica a los padres las señales que has observado en clase, como cansancio excesivo o dificultad para completar una tarea.
Ejemplo: «He observado que tu hijo parece muy cansado después de 15 minutos escribiendo. ¿Quizás podríamos intentar hacer descansos cortos?»

Ofrecer soluciones a domicilio

  • Anima a las familias a incorporar pausas activas en casa, como las que ofrece COCO BOUGE, para ayudar a los niños a liberar la presión después del colegio.
  • Sugiere el uso de programas educativos como COCO PENSE, que permiten a los niños trabajar sus capacidades cognitivas de forma divertida y adecuada.

Proporcionar herramientas prácticas

Recomienda ejercicios de relajación, rutinas nocturnas para favorecer un sueño reparador, o actividades que refuercen la motricidad fina, como colorear o juegos de construcción.

Fomentar la comunicación permanente

Invita a los padres a compartir sus propias observaciones y a mantenerte informado de los progresos o dificultades del niño. Un enfoque colaborativo reforzará la coherencia entre el hogar y la escuela.

Conclusión: Construir un entorno escolar equilibrado

Controlar la fatiga de los alumnos con dificultades de aprendizaje es esencial para que prosperen en la escuela. Introduciendo pausas regulares, adaptando los materiales y recompensando el esfuerzo, puedes reducir considerablemente su agotamiento.

Programas como COCO PIENSA y COCO SE MUEVE ofrecen un enfoque divertido y estructurado para apoyar a estos alumnos al tiempo que se les anima a recuperarse. Al incorporar estas herramientas a tus prácticas docentes, contribuirás a un aprendizaje más sereno y equilibrado.

Todos los alumnos tienen potencial para triunfar en un entorno afectuoso y adecuado. De vosotros, los profesores, depende ofrecerles este espacio en el que el aprendizaje y el bienestar van de la mano.

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